La chavista del Edificio.
Yo no soy chavista, nunca lo he sido y nunca lo seré. Creo
en la izquierda como filosofía que ayuda a equilibrar el mundo pero que debe
permanecer lejos de la administración, porque en ella se vuelven unos ladrones descarados (lo digo por experiencia, soy venezolano). En el edificio donde vivo hay una
chavista (de los pocos que quedan) que trato de llevarme bien con ella pero la chavista de mi edificio se
opuso a que tuviésemos a nuestro perro rescatado porque ella le tiene miedo a
los perros, la chavista de mi edificio se opone a que los vecinos y yo, alimentemos y mantengamos a seis gatos que rescatamos de la calle, gatos que
permanecen en el patio del edificio y desde ese momento ya no hay ratas ni
ratones, los gatos no molestan de ninguna manera y ella quiere que se vayan y cuando cree que nadie la ve los patea, ya
ha fracturado dos veces a uno en la pata. Así como la Cruela de los dálmatas, los
gatos al verla salen corriendo despavoridos cuando la ven.
La chavista del edificio se subió
a la azotea a delatar a los chamos de la resistencia que trancaron las calles, lo
que produjo que llegaran (in)efectivos de la GNB y se llevaran presos a varios
y los soltaron luego de una golpiza. La chavista de mi edificio y su marido
enchufado poseen tres camionetas de lujo (como buena socialista le fascina EEUU y las cosas de lujo) que muchos profesionales y honrados
no pueden si soñar con poseer en esta Venezuela mejorada por el chavismo.
Ahora
los chamos de la resistencia saben que fue la chavista del edificio la que los
delató. Amenazaron con tomar represalias y la chavista del edificio no ha
vuelto a llevar los carrotes al estacionamiento, supongo los estará guardando
en otro sitio. A lo mejor, los muchachos se desquitan con quien no deben y le queman el carro a la señora que los apoya, a mi que he trancado calles con ellos, a mis suegros que tienen su carrito con tanto sacrificio ¿Cómo quererlos? ¿Cómo tenerles cariño?
¿Qué
hacer con la chavista del edificio?
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